Seguramente se hayan escrito artículos referentes a los grandes beneficios que supone la Brócoli para nuestras aves. En este, el enfoque será distinto, describiremos la forma en la cual lo preparamos para que nuestros pájaros tengan esta planta todo el año.
En las tierras de las Vegas Altas del Guadiana, al igual que en muchas otras zonas, es frecuente ver campos sembrados con esta crucífera, que ya desde el mes de Diciembre y si el año acompaña incluso antes, es recolectada para su comercialización. Por nuestra zona se cosecha normalmente hasta mediados de Febrero, pero como anteriormente comentamos, depende de cómo venga el año.
Aunque vivimos en una Ciudad, no considerada pequeña, afortunadamente todavía nos conocemos todos y no pasa como en otras grandes Urbes que no hay ese roce vecinal, por este motivo no falta vecino o amigo que te regale para tus pajaritos una bolsa con brócoli, por lo tanto desde Diciembre hasta mediados de Febrero, servimos en rama al Aviario.

RECOLECCIÓN:
Cuando los agricultores ya han cosechado, previo permiso del mismo, y trascurridos unos días desde la última recolecta, no vamos a la finca y “rebuscamos”. Esta acción antiguamente se hacía mucho, aunque en estos días, algunos como los criadores de palomos lo hacen con el maíz. El “rebusco” no es otra cosa que la de buscar el fruto en sitios donde ya se recogió la cosecha. En el caso del maíz, siempre ha habido plantas que se han acostado, esquinas donde la maquina no se arrima como que al lado de postes o cualquier obstáculo y la planta mantiene la piña que es cogida en el “rebusco”. En el caso de la brócoli, cuando se cosecha se le quita el fruto padre, una copa que nace del tronco principal, la planta al cabo de los días, empieza a brotar.
Estos brotes, no llegan a ser tan grandes como la Copa principal, aunque estos hijos alcanzan tamaños si se les dejara alcanzarían ¾ partes del padre. Estos hijos, no son comerciales ya que la mayoría no alcanza ese grado de compactación que el principal, son más abiertos y no tienen esa vista para el consumidor, aunque mucha gente lo coge para su propio consumo. Son estos brotes los que recogemos para nuestras aves, preparándolos para tener verde toda la temporada de cría e incluso todo el año.
El agricultor no tiene aprovechamiento después de la cosecha, sin embargo a nosotros y algún ganadero nos viene que ni pintado. Lo único que saca de ello es que le regalemos una pareja de canarios en agradecimiento, un simple detalle para el bien que no hace.
Otra forma de conseguir esta planta es precisamente la que algunos criadores practican, que no es otra que la de sembrar, hacer la labor y cosecharla ellos mismos en sus huertos.
PREPARACIÓN:
Explicada la forma de obtener la Brócoli, seguidamente os detallamos su preparación para conservarla durante todo el año.


Los utensilios que necesitamos los tenemos todos en casa, simplemente con baños, cuchillo, bolsas para envasar y la más importante, picadora. Personalmente utilizo la famosa “un, dos tres, de Moulinex”, pero deciros que la labor se hace pesada porque es algo pequeña, su capacidad se queda corta y tenemos que llenarla muchas veces, por lo tanto se hace eterno. Con esto no os quero desanimar, al revés, luego la labor es muy gratificante.

Poniéndonos manos a la obra, primeramente lo que hacemos es quedar exclusivamente cogollos de brócoli, cortando los troncos. De vez en cuando, dejaremos algunos brotes con ellos, a las aves les gusta y aporta más frescura y valor nutricional, aunque ya os daréis cuenta, en la picadora se atascan, teniendo que abrir y mover para que se piquen en condiciones. Una vez tengamos los cogollos de la brócoli preparados, los pasaremos por la picadora, quedándolo en un gramaje no muy fino, aunque aquí interviene el gusto de cada uno.


ALMACENAMIENTO:
Teniendo picado todo, o bien una buena cantidad, según cada uno vaya a guardar, pasaremos a su envasado. A la hora de envasar se puede hacer a granel, que partiríamos diariamente la cantidad a utilizar o bien hacerlo en bolsas con la ración diaria, más recomendable esta opción por lo práctico del día a día aunque su labor en un principio sea más trabajosa.

Cuando tengamos todo envasado, lo meteremos en el congelador, en una temperatura comprendida entre los -19°C y los -21°C, temperatura en la que estará vuestro congelador habitual. En unos días, el olor que desprende la brócoli es algo digamos molesto, pero al cabo de 3 días se pasará. Todo este proceso tiene lógicamente sus variantes, “cada maestrillo tiene su librillo”, la más habitual que usamos por aquí es esta, aunque algunos compañeros, antes de envasar, envuelven a la brócoli picada ajo molido y orégano en polvo o seco, sin lugar a dudas mejorando la mezcla.

A la hora de usar esta brócoli, cuando la descongelamos, no tendrás problema alguno, precisamente la picamos porque si la congeláramos en cogollos, a la hora de descongelar, se nos estropea, quedándonos como podrida. Pues bien, descongelar brócoli picada se puede hacer de muchas formas, una de ellas es quedándola fuera del congelador y en unas horas poder usarla, meter debajo del grifo la bolsa o porción y en unos minutos la estemos usando, meterla en el microondas en descongelación sobre tres
minutos y su uso es inmediato, aunque dependerá de la potencia del microondas y la forma más habitual y que recomendamos es una descongelación refrigerada, sacando la noche anterior la ración y meterla en el frigorífico para una descongelación lenta.
De cualquier forma que lo hicieseis cuando envolváis a la pasta veréis la diferencia, más suelta, más fresca y más apetitosas para nuestras aves.
